Patrimonio

Patrimonio

El recorrido por el núcleo urbano permite admirar una arquitectura popular característica de la comarca, con vestigios de antiguas fuentes y las capillas de las Hermandades de Vera-Cruz y Soledad.

La Iglesia Parroquial de Santa María de las Nieves es un edificio mudéjar de una sola nave con cubierta de madera y capilla mayor. En época barroca fue ampliado el edificio con una nave lateral y en el s. XVIII se construyó la torre y se labraron las portadas. En el interior de la iglesia pueden admirarse obras de singular valor: pinturas, esculturas de la escuela sevillana y magníficos retablos, entre los que destaca el Retablo Mayor que acoge a la Patrona de Benacazón, la Virgen de las Nieves, y que culmina en el Cristo del Crucero (del s. XV) y el retablo de la Capilla Sacramental, una obra concertada en 1618 por el taller de Juan Martínez montañés y reformada en 1632. En este retablo se puede admirar la escultura de la Virgen de la Granada, obra de mitad del s. XVI atribuida al círculo de Roque Balduque. 

ERMITA DE CASTILLEJA DE TALHARA

En la actualidad se conservan las ruinas de una antigua ermita mudéjar del siglo XV, de la alquería de Castilleja de Talhara. Se trata de un notable edificio por lo depurado de sus proporciones, la calidad del diseño y la ejecución de portadas y ventanas. Está construido con ladrillo y tapial, contando con algunos elementos de cerámica vidriada en las ventanas.

Es uno de los ejemplares más destacados del mudéjar sevillano por su arco lobulado en la arquivolta externa, enmarcado con un alfiz. Especial interés poseen las ventanas: la del lado del Evangelio en el presbiterio conserva la decoración de cerámica vidriada en turquesa y manganeso.

El templo es de planta basilical con tres naves de dos tramos con arcos apuntados y capilla mayor de planta cuadrada que, como ponen de manifiesto los restos de las trompas que la soportaban, estuvo cubierta por bóveda esquivada de dieciséis lados.

Junto a la ermita se encuentra la Hacienda de Castilleja de Talhara, de propiedad privada, que se halla en perfecto estado de conservación gracias a la correcta intervención de sus actuales propietarios.

IGLESIA PARROQUIAL SANTA MARÍA DE LAS NIEVES

La Inauguración de la Restauración exterior de la Iglesia Parroquial "Santa María de las Nieves" de Benacazón tuvo lugar el 22 de julio de 2009, tras siete meses de intensos trabajos.

La Iglesia Santa María de las Nieves de Benacazón recuperó su aspecto original con la mayor Restauración de su historia. La actuación se ha llevado a cabo a través del Plan Turístico Aljarafe Interior, puesto en marcha por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, la Mancomunidad de Desarrollo y Fomento del Aljarafe y el propio Ayuntamiento de la localidad. Las obras, que han tenido una duración de siete meses, han consistido en la recuperación de unas pinturas y azulejos policromados, así como el color almagra original de la fachada, cubiertos por diferentes capas de pintura a lo largo de los años. La intervención ha incluido también la sustitución de la puerta principal, el soterramiento del cableado exterior y la mejora de la iluminación artística de la fachada.

Descripción de los trabajos

Debido al deterioro evidente que presentaba la fachada del edificio, en un principio sólo estaba previsto su adecentamiento, que cubría lo que es la pintura y la restauración del pórtico de piedra de la fachada principal, por el riesgo de desprendimiento. Pero tras un estudio más exhaustivo -paralelo al comienzo de los trabajos en diciembre de 2008- se pusieron al descubierto una serie de dibujos y azulejos policromados, de gran valor artístico e histórico, así como el color almagra original de la fachada (que fueron cubiertos por sucesivas capas de pintura a lo largo de los años), por lo que la Delegación de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Benacazón se planteó la posibilidad de recuperar estos revestimientos originales y así devolver a la Iglesia el aspecto que presentaba doscientos años atrás. Ello ha sido posible tras minuciosas técnicas de picado y decapado, vaciado y llagueado, evitándose ante todo dañar el paramento; también se han potenciado o remarcado líneas y dibujos que ya existían, reconstruyéndose de este modo la morfología de origen. Al respecto, y según ha declarado el Jefe de Obras, José Luis López, se ha llevado a cabo una “gran intervención de recuperación, sin añadirse nada nuevo, siguiéndose siempre las `cartas de restauración´, las cuales rigen los criterios que deben cumplirse”.

Aunque la Iglesia Parroquial de Benacazón es de origen mudéjar, remontándose al siglo XVI, y fue sometida a varias ampliaciones posteriores, es en el siglo XVIII cuando adquiere la estética y fisonomía que ahora se ha intentado recuperar con el máximo cuidado y esplendor.

ERMITA DE GELO

La Ermita de Gelo es de origen mudéjar, del s. XV, y sobre ella se eleva una esbelta espadaña del s. XVII. Está a tres kilómetros de Benacazón, en la carretera Sevilla-Villamanrique junto a la Hacienda de Gelo.

La ermita está constituida por un sencillo edificio de planta rectangular que interiormente se divide en tres naves, mediante dos hileras de pilares rectangulares y se cubre con estructuras de madera a dos aguas, renovadas en el año 1939. Al fondo, en la cabecera, aparece la Capilla Mayor, de planta cuadrada y cubierta por una bóveda de paños sobre trompas, junto con otras dos dependencias laterales.

La espadaña: En el Cabildo Catedral del 3 de febrero de 1631, presidido por el deán Francisco de Monsalve, se puso de manifiesto la urgente necesidad de construir un campanario para este edificio mudéjar situado a las afueras de Benacazón, ya que era del todo necesario “para llamar a los fieles“.

El maestro mayor diseñaría la espadaña, que, de sencilla estructura, sigue el esquema habitual de los campanarios conventuales sevillanos de la época. Realizada en ladrillo y enfoscada, aparece rematando la portada apuntada de los pies, al igual que en el proyecto original de la Caridad y en Santa María la Blanca.

De dos cuerpos decrecientes, el inferior arranca de un zócalo limitado por amplias molduras, más airosa la superior. Dos vanos cerrados por medios puntos de señalada imposta, son flanqueados por pilastras, que se continúan en el entablamento superior con resaltes de bolas. Este mismo tipo de pilastras configura los laterales de la espadaña. Sobre una volada cornisa, decorada con pares de mútulos y anclada en sus extremos por dados con florones, que se corresponden con los soportes inferiores, carga el segundo cuerpo, de vano único, estructurado por pilastras de esquema idéntico al señalado. El conjunto se corona con un frontón recto. La obra fue costeada a expensas del señor de Gelo, Luis Ramírez de Arellano, contribuyendo la Catedral con 1.000 reales.